simplicidad y espectacularidadCuando comencé en Linux para escritorio -por allá por 1999-, uno de los proyectos de escritorio más prometedores era Enlightenment, un aditamento que tomaba el toolkit GTK+ -el mismo en el que se basa GNOME– y dibujaba un escritorio bastante atractivo, sacándole una respetable ventaja a lo «mejor» que se conocía en interfaces gráficas por ese entonces: el Finder de MacOS 9, actualmente conocido como Classic en el MacOS X.

Enligthenment se combinaba con las primeras implementaciones de GNOME como administrador de ventanas, preparando una interfaz gráfica que nada tenía que ver con Windows o Macintosh, aunque era altamente configurable. Posteriormente, GNOME desarrolló su propia interfaz de ventanas –Metacity-, dejando de lado a Enlightenment.

Durante varios años no supe nada de mi viejo amigo, y se me ocurrió revisar si aún existía. Y me llevé una sorpresa: no sólo existe, sino que sigue activo…

En la actualidad, Enlightenment utiliza un toolkit de bibliotecas propias llamado EFL, que permite diseñar interfaces muy amistosas y livianas. Como cumple la norma POSIX, el gestor es portable a Solaris, MacOS X, FreeBSD y a la mayoría de las distribuciones para dispositivos portátiles como las iPaq y Zaurus.

Una de las mayores sorpresas del reencuentro fue que los desarrolladores crearon una distribución LiveCD -o sea, un CD que carga el sistema operativo completo sin modificar el sistema operativo existente en el disco- fuertemente orientado a la creación multimedia.

Basada en Debian y con el mismo sistema de detención de hardware gráfico y de audio que usa Ubuntu (DSS), en 10 minutos se instala en el disco duro y queda lista para arrancar. En mi máquina (AMD Sempron 2800+, 512 MB de RAM, tarjeta gráfica S3 VIA integrada) hace cosas que no he logrado con ninguna otra distribución. Según el sitio oficial, la distribución puede funcionar con un procesador de 100 Mhz y 64 MB de RAM, aunque se recomienda un procesador de 300 Mhz y 128 MB de RAM -supongo que por OpenOffice y Cinelerra CV-.

Viene con el kernel 2.6.15, X.org 7 y un instalador inteligente, que se conecta automáticamente a Internet para actualizar la distribución desde los repositorios de ELiveCD. Además, incorpora un conjunto de herramientas adaptadas, las que a continuación resumo:

  • Blender: el viejo y querido decano del diseño y animación 3D viene con todo. Evidentemente requerirá una tarjeta gráfica con aceleración 3D con una cantidad aceptable de memoria RAM, para los render más complejos.
  • Cinelerra: el editor de vídeo digital de código libre nos acompaña en su versión de comunidad, lo que permitió cargarlo en la distribución de forma personalizada. Logré editar un vídeo de 4 minutos en mi laptop Pentium III a 800 Mhz, con 256 MB de RAM y una tarjeta gráfica ATI Rage 128 Mobility, sin mayores contratiempos (el render fue lentísimo, pero lo hizo). Con más máquina se podrían hacer cosas bastante interesantes.
  • The GIMP: ¿qué es de una distribución de Linux sin el querido GIMP? La versión 2.2.13 del programa de manipulación de imágenes del proyecto GNU anda a las mil maravillas en el sistema.
  • Bonfire: la «hogera» nos permite quemar CD y DVD, entregando una vista previa del producto final, antes de proceder al incendio. Fue incorporado en reemplazo de GnomeBaker.
  • Mplayer y su paquete de codecs: permite reproducir práticamente cualquier formato de audio y video digital. Además, trae incorporado el plug-in para Mozilla Firefox, para reproducir videos directamente desde la web.
  • Evidence: un explorador de archivos que te deja con la boca abierta, porque monta automáticamente los discos, sin necesidad de modificar el archivo /etc/fstab como en Ubuntu para poder acceder al disco duro instalado en la máquina. Por otro lado, la búsqueda y exploración de directorios se facilita bastante, ya que la ruta queda cargada en un sistema de pestañas en el borde superior de la pantalla, por lo que se puede ir y venir en el árbol de directorios.

Si quieren probar un sistema operativo de última generación, que corre en un equipo de hace dos generaciones, entonces les recomiendo ELiveCD: un viejo conocido que nos sigue sorprendiendo.